1. El objetivo principal de la aseguradora cautiva es ahorrar dinero
No cabe duda de que la capacidad de reducir los costes derivados de los seguros es un aspecto notable para cualquier compañía pero no el más importante. En este aspecto la palabra clave es control, supervisar de manera directa todos los eslabones del proceso. Las ventajas frente a una aseguradora comercial son enormes, tanto desde el punto de vista de la gestión como del ahorro de costes.
2. Se requiere mucho tiempo para montar una cautiva
En el pasado sí que es cierto que poner en marcha una cautiva podría suponer una gran inversión en tiempo pero la realidad actual es muy diferente. La digitalización y las nuevas leyes que rigen este ámbito (más claras y eficaces) hacen posible poner en marcha una aseguradora cautiva en unos dos meses.
3. Solo grandes empresas pueden plantearse crear una cautiva
No por predominante en ciertos ámbitos esta idea no deja de ser infundada, pues hay cautivas que han sido creadas por compañías de todo tipo y, por supuesto, de cualquier tamaño. Sí que es verdad que las primeras cautivas nacieron para asegurar a grandes compañías. En la actualidad, medianas y pequeñas empresas pueden beneficiarse de las ventajas que ofrece la digitalización para embarcarse con éxito en la puesta en marcha de una cautiva.
4. Si la cautiva tiene una gran pérdida, la compañía irá a la bancarrota
Se cree que esto es así porque las cautivas son “autoseguros”, lo que quiere decir que el riesgo lo asume el propietario de la cautiva. La realidad es que es muy poco frecuente que las cautivas quiebren porque su estructura implica que usan pólizas que cubren los siniestros pequeños, mientras que los grandes los cubre una reaseguradora.
5. Solo compañías con actividades de alto riesgo pueden beneficiarse de una cautiva
Se cree que solo compañías que se enfrentan a grandes riesgos como las de salud o construcción, que tienen dificultades para encontrar aseguradoras comerciales y, por tanto, son las únicas que se pueden beneficiar de una cautiva. Sin embargo, una empresa que desee disfrutar de mayor autonomía y control de su riesgo, se puede beneficiar de la cautiva.
6. Las cautivas obligan a tener el dinero “cautivo”
A menudo se piensa que el dinero invertido en la cautiva está “atrapado” y no se puede disponer de él en caso de emergencia. La realidad es que es posible recuperar ese dinero de la compañía madre en el momento en el que se necesite.
7. Las cautivas son para “siempre”
Con frecuencia se cree que, una vez que se ha creado una cautiva, esta quedará ahí para siempre y la compañía no podrá deshacerse de ella en caso de que así conviniese para el beneficio de la empresa. Si se decidiese que hay una mejor forma de gestionar el riesgo, siempre cabe la posibilidad de disolver la cautiva de manera legal.
Puntos claves
- No es necesario ser una gran empresa para crear una cautiva.
- La cautiva puede proteger el 90% de los activos de la empresa.
- Las herramientas digitales actuales permiten poner en marcha una cautiva con relativa facilidad.
- Hacer frente a un gran siniestro no significa que la compañía madre pueda quebrar.
- Uno de los beneficios que se derivan de la cautiva es que la compañía tiene un mayor control sobre su negocio.